Las emociones primarias desde la terapia breve estratégica
- Antonella Longo
- hace 12 minutos
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De las emociones se ha escrito mucho, hay distintas aproximaciones desde distintos lugares (acá puedes leer un artículo de emociones desde la mirada de Paul Ekman y acá puedes leer de emociones desde la mirada de Leslie Greenberg). Hoy vamos a mirar lo que se llaman emociones primarias desde la terapia breve estratégica, específicamente, desde el modelo de Giorgio Nardone.
Se plantea que detrás de cada cuadro clínico hay una emoción primaria, entendiendo las emociones como “competencias sin comprensión”, es decir, no están a un nivel consciente o cortical, si no que están a un nivel más primitivo, son de naturaleza más reactiva.
Las emociones son un fenómeno complejo, resultado de una dinámica interactiva y de procesos fisiológicos, entonces existe una interacción con el entorno, una enseñanza de cómo aprendí a manejar las emociones y, también, una tendencia a actuar; todo esto se conjuga para “generar” esta emoción. Giorgio Nardone plantea que las emociones son como un tigre con el que me voy a dormir todas las noches y en la mañana no se si el tigre me va a lamer o me va a despedazar, esto, porque no son controlables. La emoción surge por múltiples factores: ambientales, esquemas adquiridos en el pasado y perspectiva presente; se influencian por cómo en el momento estoy mirando la situación.
Desde la TBE hablamos de emociones primarias, perceptivas, es decir, es una percepción emotiva donde priman 4 conceptos que se influyen entre si:
Percepción que influye en la emoción
Emoción sentida que influye en la reacción
Reacción o acción que influye en la cognición
Y la cognición influye en la percepción que tenemos sobre una situación.
A nivel terapéutico, lo que hacemos es reconocer la emoción para crear una experiencia emocional correctiva que apunte a cambiar la percepción. No sirve entender las emociones de forma lineal, por eso, nos salimos de la lógica lineal para trabajarlas desde una lógica no ordinaria desde donde podemos reorientarlas porque son “competencias sin comprensión”, es decir, son recursos que todo ser humano tiene pero que están fuera de nuestro control.

Se identifican 4 emociones primarias:
DOLOR: Es visto como un compañero de viaje que no se puede evitar. Todos sentimos dolor, la diferencia es si lo volvemos sufrimiento apegándonos a este o lo atravesamos convirtiéndolo en resiliencia.
Todos los seres humanos tenemos la capacidad adaptativa de recuperarnos del dolor. Generalmente lo queremos evitar, porque no nos gusta que nos duela, sin embargo, si caemos en la solución instintiva de querer eliminarlo, caemos en una agonía constante.
El dolor es una alarma, indica que hay algo a qué ponerle atención, entonces es necesario permitirnos mirar cuál es la necesidad detrás del dolor, ya que así comenzamos a contemplar el dolor, lo que es una experiencia necesaria para elaborarlo y transitarlo.
Como plantea Cioran “Hay que tener el coraje de atreverse a sufrir para dejar de sufrir”, es decir, la mejor “solución” para atravesar el dolor es permitírselo todos los días, así se pasa de una tortura a una experiencia catártica.
Puedes profundizar más sobre esta emoción leyendo ¿Cómo se supera el dolor? y ¿Cómo podemos trabajar con la culpa en psicoterapia?
MIEDO: Está muy relacionado con la ansiedad porque es el efecto fisiológico de la ansiedad.
Si trabajo mi miedo, trabajo los efectos colaterales de este, por lo tanto, la ansiedad. El miedo es un recurso porque nos permite reaccionar ante situaciones inmediatas y potencialmente peligrosas.
Actualmente el miedo mayor que se ve se relaciona con el miedo a no tener el control. Con la tecnología, cada vez tenemos todo más controlado, sin embargo, caemos en la paradoja de no tolerar el no tener el control y hay muchísimas situaciones que no son posibles de controlar.
Las soluciones intentadas no exitosas para gestionar el miedo suelen ser: tratar de eliminarlo, intentar controlarlo o pedir ayuda; sin embargo, lo que mejor funciona es “mirar el miedo a la cara”. En la medida en que tocamos nuestros miedos, los transformamos y nos sentimos valientes, con el coraje de enfrentar. El recurso del miedo es que nos ayuda a volvernos valientes.
RABIA O IRA: Tiene una funciona adaptativa, contribuye a la supervivencia, protege nuestras necesidades e intereses, aparece cuando se interpone una barrera ante lo que queremos o necesitamos. Se desata cuando hay una frustración personal, esencialmente por este obstáculo que se interpone a las necesidades.
Podemos reconducir la ira, encauzarla para transformarla en un potencial de acción, ya que nos ayuda a movilizarnos.
Desde la TBE se ve a la rabia como un mensajero útil ya que fisiológicamente nos recarga, nos da energía, y encauzada, nos permite desplegarnos en desempeños extraordinarios.
Puedes profundizar más sobre esta emoción leyendo ¿Y ahora qué hago con esta rabia? y ¿Cómo gestionar la rabia sin eliminarla?
PLACER: Todo placer en exceso o carencia se vuelve problemático. El placer reiterado puede volverse una compulsión ya que es una emoción primaria que nos hace perder el control, que desborda. Por eso, en estos casos “tomamos la fuerza del adversario para traerlo hacia nosotros” y poder permitírselo sin que le haga daño. En exceso, se concede el placer pero dosificado.
La carencia de placer por ser perfeccionista, muy autoexigente, por búsqueda de desempeños impecables, pueden generar falta de placer o incapacidad de permitírselo. Desde la TBE, enseñamos a concederse placer muy de a poco porque, en estos casos, puede generar miedo.
El placer nos enfoca en los objetivos, nos permite centrarnos en lo que nos gusta y sacarlo adelante.
¿Logras identificar las emociones primarias en los problemas de tus consultantes? Te invitamos a mirarlo, te va a dar información útil para avanzar con la terapia.
Mg. Ps. Antonella Longo M.
Mayo 2025
Fuente: Charla Emociones de María Andrea Hernández, directora Centro de Terapia Estratégica de Colombia.
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