¿Cómo se asocia la ansiedad con las pantallas?

¿Por qué vemos que la ansiedad aumenta? ¿Qué pasa en nuestra forma de vivir que incrementa la ansiedad en la población? ¿Qué está cambiando? ¿Cuál es la relación entre la ansiedad y las pantallas? Por pantallas hacemos referencia a cualquier dispositivo electrónico como los celulares, ipads y computadores, entre otros.

Cómo psicólogas clínicas vemos como la ansiedad es un común denominador entre los consultantes  y cada vea aumenta más, quizás nosotras también la sentimos. A su vez, algo que ha cambiado en los últimos 30 años es la incorporación de los dispositivos electrónicos y todo lo que eso conlleva. Desde el poder estar 100% conectado y accesibles, las redes sociales, videojuegos, entre otros.

Dado el aumento de la ansiedad y de las pantallas, hoy reflexionamos sobre la asociación de estas temáticas desde lo más básico y simple. Porque no basta con saber que nos hacen mal, es importante entender lo que pasa a nivel cerebral para poder acompañar a nuestros consultantes y sus familias.

Empecemos por lo más básico y sencillo. Dentro del funcionamiento del cerebro nos encontramos con dos estructuras principales, el llamado cerebro antiguo o reptiliano (el tronco encefálico y cerebelo) donde se ubican las funciones básicas para sobrevivir, actúa de forma automática e inconsciente. Básicamente se encarga de mantenernos vivo, más que pensar y sentir. Este incluye el cerebro emocional (límbico) o mamífero (la amígdala, el hipocampo, el hipotálamo, entre otros) cuya función es procesar emociones, impulsos y memoria, donde se originan las respuestas como el miedo, el pacer o la ira. Y, por último, está el cerebro nuevo que representa la parte más reciente y desarrollada del cerebro humano, la corteza cerebral cuyas principales funciones son controlar el pensamiento racional, la creatividad y la toma de decisiones conscientes. Incluye el pensamiento abstracto, la empatía y la autoconciencia.

Pantalla y ansiedad

El uso de pantallas tiene impacto en ambos cerebros, antiguo y nuevo. El cerebro antiguo es primitivo, tiene millones de años a nivel evolutivos y está a cargo de todo lo que nos hace mamíferos, es decir, emociones e impulsos. Las pantallas impactan en  ambos, tanto emociones e impulsos, dado que activa las áreas del placer y de la recompensa, lo que está asociado a la dopamina.

¿Qué es la dopamina? Es un neurotransmisor, es decir, actúa como un mensajero que ayuda a transmitir señales al cerebro relacionadas con el placer, motivando al cerebro a repetir la acción que genera este placer. Asi es cómo la dopamina está muy relacionada con el ir a buscar cosas, con el interés, con la motivación, con eso qué me mueve a buscar el sistema de placer.

¿Cuánto se activa el sistema dopaminérgico al consumir pantallas? Las primeras investigaciones, en los años 90, cuando los videos juegos no eran interactivos, arrojan niveles de dopamina superior a un 100%. Los niveles del sistema de dopamina aumentan según lo estimulante que es: nivel de luces, sonidos, cambios, y cuánto puedes ir ganando puntos. En la actualidad los juegos se crean y testean en niños según la respuesta del nivel de dopamina que es secretada y cuan rápido esta es producida.

Al interactuar con los videojuegos o las redes sociales, como whatsapp y otras, no solo se activa el sistema de placer por recompensa, sino que también se activa un nervio que tiene que ver con el sistema ansioso, que es el sistema de defensa, que también es parte del cerebro antiguo. Entonces cuando despertamos y no hemos visto el teléfono, nos preguntamos “¿me habrá llegado algún whatsapp?”, o si salimos de casa “¿llevo mi celular? ¿habrá llegado mi pareja a su casa?” Una vez que sabemos que está bien, nos quedamos tranquilos y esa es la asociación entre calma y ansiedad que producen las pantallas. Lo que está pensado que sea asi justamente para crear esta adicción. En el fondo, esa es la respuesta ansiosa que tiene que ver con que me falta algo, entonces lo busco, lo saco y tengo la respuesta de placer frente la amenaza de que no esté todo bien. También sentimos gratificación al saber que esta todo bien, donde existe menos incertidumbre y logro de lo que quería (saber si esta todo bien).

Entonces hay una asociación entre la ansiedad (peligro) y la calma, que es también, en parte, gran causante de esta adicción o de cualquiera relación adictiva. En el fondo, lo que sucede es que se da un juego entre lograr la calma inmediata después de sentirse ansiosos y eso es sumamente placentero. Y aquí es donde entra en juego el cerebro nuevo, especialmente la corteza frontal, donde está el gobernador de nuestra conducta e impulsos, que se ve afectado por este cerebro antiguo que esta hiperestimulado.

Pantallas y ansiedad

El cerebro nuevo se encarga de solucionar problemas, controlar los impulsos, tomar decisiones asertivas, sin embargo, con el uso de pantallas, llega menos irrigación en el lóbulo frontal, entonces su funcionamiento no está en su 100%, pero el impulso es gigante. Y, paralelamente, el sistema dopaminérgico está listo para ser liberado y la capacidad del lóbulo frontal está totalmente reducida para decir “no, no tomes tu celular, ahora estas ocupada”. Se hace muy difícil no agarrar el celular y mirarlo, ya que como hemos visto, se conjugan varios factores que dan alivio dado el efecto neurobiológico que producen las pantallas.

Entonces vemos como la pantalla está creada para generar la liberación de dopaminas que activa el sistema de placer y respuesta, y, a la vez, despierta un nervio asociado a la ansiedad, “¿iré a ganar?” “¿Qué aparecerá en el feed de IG?” ¡Entre contenido basura siempre aparece algo bueno! Y eso es parte del funcionamiento de las pantallas, dado que los logaritmos podrían perfectamente solo arrojar contenido interesante para uno, pero la idea es generar ansiedad y calma.

Aun asi vemos que estos aparatos adictivos o sustancias adictivas no son para todos igual. El consumo o uso de sustancias o aparatos adictivos no va a ser igual para todos, ahí la importancia de mirar cómo es la relación de cada persona con estos dispositivos.

Es importante que nosotros los terapeutas entendamos el impacto cerebral de estos aparatos para psicoeducar a nuestros pacientes respecto la relación existente entre salud mental y pantallas. Psicoeducar es una intervención en sí, pero además puede aumentar la probabilidad de que nuestros consultantes adhieran a otras intervenciones en relación a las pantallas al entender el para qué de su esfuerzo o al conocer cuan nociva y peligrosa puede llegar a ser esta relación.

Aquí solo abordamos los efectos a nivel cerebral, pero su impacto va mucho más allá; cuando la relación es nociva afecta los vínculos y la ansiedad es cada vez más desmedida. ¿Cómo le explicas tu a tus consultantes acerca de esta relación ansiedad-pantalla?

Ps. Anita L. Ovalle M.

Diciembre 2025

Fuente: Podcast Pantallas, Cerebro y Ansiedad, invitada Paula Uribe, Psicóloga Clínica de la Ansiedad Chile.