Mindfulness Sensible al Trauma: Una Perspectiva Compasiva en el Trabajo Terapéutico
El mindfulness, que podemos definir como la capacidad de estar presente en el momento con curiosidad y aceptación, se ha convertido en una herramienta muy potente dentro de la psicoterapia. Cada vez más profesionales lo integran en su trabajo clínico gracias a los beneficios que ofrece, como reducir el estrés, mejorar la regulación emocional y, hasta, ayudarnos a dormir mejor. Pero, ¿te ha pasado que al practicar mindfulness no funciona como lo esperabas? ¿O que la persona termina más ansiosa o incómoda después?
Cuando trabajamos con personas, sobre todo con quienes han vivido experiencias traumáticas, no podemos olvidar lo único que es cada historia y cada cuerpo. Por eso, integrar el mindfulness con esta población requiere algunos ajustes para evitar que termine siendo contraproducente o que reactive experiencias dolorosas. Aquí es donde entra en juego el Mindfulness Sensible al Trauma, un enfoque que combina la atención plena con pilares fundamentales como la seguridad, la compasión y el respeto por los tiempos de cada uno.
¿Qué es el Mindfulness Sensible al Trauma?
Este enfoque no se trata solo de practicar mindfulness, sino de hacerlo de una manera que realmente respete las experiencias de cada persona, especialmente de quienes han pasado por momentos difíciles. Por ejemplo, ejercicios como prestar atención al cuerpo o concentrarse en la respiración pueden ser incómodos o incluso abrumadores para algunas personas, porque podrían despertar recuerdos o sensaciones relacionadas con su trauma.
Es por esto que el MST tiene 3 puntos clave:
Seguridad: Crear un espacio físico y emocional donde la persona se sienta contenida y protegida.
Opciones: Ofrecer alternativas para que cada quien elija cómo practicar, sin imponer nada. Por ejemplo, si prefieren mantener los ojos abiertos o cerrados, ambas opciones son válidas.
Progresividad: Introducir las prácticas poco a poco, para que la persona pueda explorar sus emociones y sensaciones de forma segura, ampliando su capacidad para manejarlas con el tiempo.
Tener en cuenta lo anterior es fundamental, porque el trauma cambia la manera en que las personas perciben su cuerpo, sus emociones y hasta el paso del tiempo. Practicar mindfulness sin estos ajustes puede llegar a ser abrumador o hacer que la experiencia no sea del todo útil.
Además de lo anterior es importante:
Ofrecer opciones y adaptabilidad a la práctica. Aquí la clave está en flexibilizar. No se trata de imponer una técnica única, sino de ofrecer diferentes formas de practicar. Por ejemplo, si enfocarse en la respiración no funciona, quizás prestar atención a los sonidos o mirar un objeto cercano sea una mejor alternativa.
Mantener al paciente dentro de la ventana de tolerancia. Este concepto, propuesto por Dan Siegel, nos recuerda que es importante mantener a las personas en un rango de activación emocional que sea manejable. Queremos evitar que se sientan sobrepasadas (hiperactivación) o completamente desconectadas (hipoactivación).
Incorporar prácticas de enraizamiento. Antes de invitar a alguien a explorar su mundo interno, es mejor empezar por ejercicios que les ayuden a sentir estabilidad, como conectar con el suelo a través de los pies, identificar cosas a su alrededor o usar frases que transmitan calma.
Acompañamiento cercano y cuidado del espacio seguro. Al principio, estas prácticas deben hacerse dentro de la sesión para que la persona no se sienta sola si algo incómodo surge. Además, tener a alguien que guíe y sostenga el espacio puede marcar la diferencia.
Conclusión
El Mindfulness Sensible al Trauma nos recuerda que la atención plena no es una receta mágica, ni es algo que funcione igual para todos, por lo que se debe adaptar a las necesidades de cada uno. El poder verlo de esta perspectiva nos permite trabajar con mayor seguridad y compasión a la hora de incorporar estas herramientas y ofrecerle a las personas la posibilidad de conectar con ellas mismas desde un lugar más amable y humano.
Si te interesó este tema, te recomiendo el libro “Mindfulness sensible al trauma” de David A. Treleaven.
Viviana del Pino
Psicóloga Clínica Adultos
Red Apóyate
@vividelpino_psicologa
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