¿Cómo trabajar con un paciente pre-contemplativo y/o contemplativo?
Lo primero que tenemos que tener presente, como facilitadores del cambio, es la importancia de ajustar el tratamiento a la etapa de cambio en que llega el paciente. Según estudios realizados por John Norcross (PhD) y su equipo, el ajuste entre estos dos, es decir, tratamiento y etapa de cambio, mejora en un 25 a 30% los resultados de la psicoterapia.
¿Por qué detenernos hoy en aquellos pacientes que se encuentran en la etapa de pre-contemplación y/o contemplación? Porque representan el mayor número de consultantes que llegan a consultar. La investigación ha demostrado que muchos pacientes buscan o quieren alivio, sin embargo, no están listos para realizar modificaciones en su comportamiento. No nos confundamos, no porque la persona está en la consulta es que está lista/o para el cambio. Los resultados de los estudios proponen que 40% de las personas que llegan a la consulta se encuentran en una etapa precontemplativa respecto a su problema, otro 40% se encuentra en una etapa contemplativa, y el 20% restante están en preparación y acción. Lamentablemente, no se puede indagar cuántos están en mantención pues es estadísticamente imposible. Es un acertijo para la investigación.
Desde un tiempo a esta parte, la investigación en psicoterapia está apuntando a la relación terapéutica y la particularidad del paciente, más que atenerse a hacer terapia desde un modelo más “médico” donde se usa el mismo tratamiento para cualquier desorden. La psicoterapia en la actualidad, independiente del modelo, se caracteriza por ajustar el tratamiento a la medida del cliente.
Norcross y sus colegas han pasado más de 20 años tratando de entender el ajuste de la relación terapéutica y el tratamiento para las etapas de cambio, por lo mismo, queremos compartir como alinearse o acoplarse con aquellos pacientes que representan el mayor porcentaje de la torta, es decir, aquellos que se encuentran en etapa de pre-contemplación y contemplación, con el fin de evitar intervenciones fuera del timing del paciente y así reducir posibilidades de deserciones.
El consultante Pre-contemplativo no tiene consciencia de su problema, podríamos decir que está en “negación”, por lo tanto, puede desertar en cualquier momento. Estas personas generalmente aparecen en terapia porque son enviados por otros y sus narrativas se aproximan a frases como “supongo que tengo defectos, pero no hay nada que realmente necesite cambiar” o “¿cómo puedo hacer para que mi mama deje de molestarme?”
No es un cliente cómo tal, sino que necesitamos construir uno. Por lo mismo debemos ir lento, reclinados hacia atrás, y en una primera etapa empezar preguntando por sus preferencias. Según este mismo autor, el terapeuta debe ser el “padre nutricio”, es decir, debe empoderar al paciente que está luchando con sus defensas y aceptarlo. Debe ser capaz de “identificarse” tanto con las fuerzas de las defensas y a la vez con la aceptación incondicional.
El Contemplador se caracteriza por su ambivalencia frente al problema, el cual si es capaz de ver a diferencia del pre-contemplador. Dado que tiene consciencia de su problema y lo identifica, aparece la motivación a querer reflexionar acerca de su situación, analizar sus causas y buscar posibles soluciones, sin embargo, se encuentra muy ambivalente frente el cambio, oscilando entre razones para cambiar y razones para continuar del mismo modo. Por lo mismo, como terapeuta debemos poner atención en no adelantarse a la acción, sino más bien tomar la postura de un “profesor socrático” donde se analiza cada detalle con el fin de modificar el discurso del paciente para que esa ambivalencia oscilante tome mayor peso hacia el lado del cambio.
¿Cómo maniobras tu cuando un paciente te dice “sé que yo tengo que ver en este asunto, pero no sé qué hacer al respecto, ni como, ni si realmente tengo ganas de hacer el esfuerzo”? ¿cómo lo haces para no remar más que él y desacoplarte en los tiempos?
Compártenos tus experiencias sobre lo que mejor te resulta para ayudar a nuestros pacientes a ir avanzando por el espiral del proceso de cambio.
Ps. Anita Ovalle M.
Febrero 2024
Bibliografía recomendada
Norcross, J. (2002) Psychotherapy relationships that work.
Prochaska, J. Norcross. J. (1994) Changing for good.
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