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¿Cómo manejar la comunicación por Whatsapp con mi paciente o miembros de su familia?

Hoy en día la comunicación por Whatsapp es algo habitual, y ya no sólo entre amigos y familiares, sino que se ha transformado en una vía también para comunicarnos con nuestros pacientes. Cuando se trata de cambiar horas o avisar que no podrán asistir, esta vía es mucho más rápida, es tan cotidiano que ya ni la cuestionamos, sin embargo, como todo, también debemos tener cuidado con el uso que se le da. ¿Te ha pasado que la mamá o papá de un paciente adolescente, o no tan adolescente, comienza a hacer preguntas por Whatsapp?, ¿O que la pareja del o la paciente comienza a hacerte preguntas por WhatsApp?, ¿O que el mismo paciente insiste en querer "contarte algo importante" por este medio?


Preguntas del tipo “cómo ves a mi hijo”, “te quería comentar que el otro día hizo…”, "me pasó algo importante y no puedo esperar hasta la próxima sesión para conversarlo" y un largo etcétera es lo que nos puede pasar, y el problema de responder a estas preguntas por Whatsapp es que podemos entrar en una larga conversación con información delicada y de la cual se pueden malentender muchas cosas… Entonces ¿qué hacer?, ¿dejo de usar Whatsapp? Si bien es una alternativa, probablemente no es la mejor solución al problema.


Lo que resulta útil en estos casos es encuadrar desde el principio que esta aplicación la podemos usar como herramienta para temas prácticos como confirmar horas, avisar si se va atrasado, etc., y en horario laboral ya que probablemente a las 11 de la noche no voy a estar disponible para contestar un mensaje, sin embargo no es lo más apropiado para conversar temas concernientes a la terapia ¿por qué? Porque son temas delicados y es importante que se entienda bien lo que queremos transmitir cuando llevamos un proceso de terapia, lo que no podemos asegurar haciéndolo por esta vía.


Para evitar este tipo de problemas, es muy importante incluir a los padres o pareja en alguna sesión de la terapia, tener sesiones con ellos también para poder recoger cuál es su inquietud; en el caso de adolescentes, ir mostrando a los papás lo que vamos trabajando, ir destacando los avances que ha hecho su hijo, ir respondiendo sus dudas, además que de esta forma los puedo sumar como co-terapeutas en la terapia de su hijo, pudiendo así ser parte de ésta en vez de quedar excluidos con la posibilidad de boicotearla. En el fondo, las preguntas son por preocupación, entonces utilicemos esa preocupación a favor de la terapia y trabajemos en conjunto, siempre con el consentimiento de nuestro paciente principal.


¿Te ha ocurrido algo así?, ¿cómo has conseguido buenos resultados?

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