¿Qué sabes sobre el trabajo terapéutico con personas trans?
Cuando hablamos sobre identidad sexual, en el último tiempo aparece fuerte la temática trans en la consulta, ya sea que llegan unos papás preguntando qué hacer porque su hijo/a le revela que es trans o un/a adolescente que abre en sesión que tiene dudas sobre su identidad sexual o un familiar/amigo/jefe que comenta que no sabe cómo relacionarse con una persona con quien tiene que compartir espacio y que abrió este tema, ¿te ha pasado? A nosotros sí. Es una situación que cada vez se hace más común y nos parece perfecto que así sea ya que se visibiliza el tema y las personas no se quedan solas con lo que les está aproblemando, ya sea la persona que lo vive o quienes lo/a rodean.
Entonces, ¿qué hago si alguien abre este tema?, ¿cómo lo abordo?, ¿con qué nombre y pronombres me dirijo a esta persona? Aquí te dejamos algunas prácticas mínimas que son fundamentales para tener presente:
Tú y tu consulta deben ser un espacio libre de discriminación si vas a seguir atendiendo a esta persona. Te debes preocupar de que la persona se sienta cómoda e ir chequeando si hay microagresiones en tu lenguaje y espacio que le puedan estar afectando. Se lo puedes preguntar directamente.
Utiliza un lenguaje adecuado, pregúntale “cómo quieres que te diga (distinguir entre nombre legal y social), qué pronombre prefieres que use” y aclara que tu llevas años hablando de una forma entonces si te equivocas, le agradeces que te lo diga para poder repararlo.
Es fundamental la confidencialidad, nunca exponer a la persona a hablar de temas que no quiere ni “andar sacando del closet” a quien no quiere hacerlo. Por ejemplo, si la persona te dice “prefiero que me digas Josefina pero cuando hables con mi mamá sigue hablándole de Pedro”, es esto lo que debes hacer y acompañarla en este proceso hasta que ella decida, si es que lo hace, que esto será de otra forma.
NUNCA asumir que todos sus problemas son por su identidad sexual. Al igual que a cualquier consultante, lo principal es escuchar lo que trae a la persona y ver cuál es la mejor forma de apoyar.
Indagar riesgo suicida ya que de acuerdo a diversos estudios los niños, niñas y adolescentes homosexuales presentan cuatro veces más riesgo de intentos de suicidio que sus pares heterosexuales; de éstos, un cuarto de los/las jóvenes trans ha intentado suicidarse. Si además vienen de familias que los rechazan, presentan 8 veces mayor riesgo suicida que quienes reportan bajo o nulo rechazo familiar (Kann, O’Malley, McManus, Kinchen, Harris & Wechsler, 2011; Ryan, Russell, Huebner, Diaz & Sánchez, 2010).
Es importante destacar que, como en cualquier otro tema, si no te sientes preparada para atender este tema o es algo que no te gustaría hacer, es necesario hacer una buena derivación a los especialistas indicados, además de ser muy útil el poder supervisar qué te ocurre con esto, dónde derivar y cuál es la mejor forma de hacerlo, entre otras cosas.
