Estoy perdida con mi paciente ¿y ahora qué hago?
En las supervisiones clínicas hay preguntas o temas que se repiten varias veces, una de esas es: me siento perdida con mi paciente, no sé para dónde vamos, no sé si la terapia está sirviendo, ¿qué hago ahora?... ¿Te suena familiar? Pensamos que toda terapeuta se ha sentido de esta forma alguna vez, lo que por supuesto no tiene nada de malo, lo importante es hacerse cargo de esta situación, detenerse y mirar lo que se está haciendo. Para esto, es fundamental incluir al consultante, ya que es co-creador y parte imprescindible de la terapia. Hay muchas cosas que podemos ir a mirar en este proceso ya que cada proceso es único, sin embargo hoy te queremos dejar algunas ideas útiles cuando te sientes un poco perdida en un proceso de terapia:
Vuelve a los primeros 5 minutos: Revisa en tus notas, en tu pre-entrevista o en la primera sesión, cuál fue la queja de la persona que está consultando, qué es lo que te dijo en esos primeros 5 minutos de terapia. Esta es información clave ya que te habla de lo que tiene aproblemada a la persona, de lo que la trajo a consultar, de lo que le importa, por lo tanto, te indica qué andaba buscando la persona cuando te contactó, entonces sirve para mirar desde este punto, qué han hecho en el proceso y cómo se relaciona con la información de estos primeros 5 minutos.
Vuelve al foco: En toda terapia construimos objetivos de trabajo, los que nos permiten ir haciendo un mapa para poder avanzar hasta llegar a ese objetivo. Entonces si te sientes perdida, pregúntate: ¿cuál era el foco de esta terapia? ¿qué objetivos planteamos? ¿cuál fue el motivo de consulta co-construido? Seguro esta información te dará indicios para retomar el camino. Y si no tienes la respuesta a estas preguntas, puedes ir y retomar este tema con tu consultante.
Realiza una evaluación del proceso: esta es una herramienta fundamental, se recomienda hacerlo sesión a sesión o, por lo menos, que no pasen 3 sesiones sin hacer una evaluación de proceso. Se conversa con el consultante, se le pregunta cómo va la terapia, qué cambios ha visto, con qué ideas nuevas se va quedando. Hay distintas formas de hacer una evaluación de proceso y es importante elegir la manera que más le acomode a cada terapeuta y consultante; lo importante es hacerla ya que vamos teniendo una medida directa de cómo va avanzando la terapia para ese paciente en particular. Para saber más de este punto puedes leer el artículo Una Brújula cuando nos Perdemos con los Procesos de Terapia.
Pedir feedback constante: en la misma línea de la evaluación de proceso, es necesario ir pidiendo feedback al consultante, crear un ambiente donde se naturalice el entregar feedback al otro. Esta informacion es fundamental para la terapeuta ya que permite saber de primera fuente qué sirve y qué no, para seguir haciendo más de lo que sirve y poder modificar lo que no está sirviendo. Puedes revisar más de este tema en el artículo ¿Conoces los Beneficios de pedir Feedback a tu Paciente?
Supervísate: la supervisión clinica siempre es un buen espacio para aclarar todas las dudas que tengas, te ayuda a ver cuál es la mejor forma para avanzar para ti y tu paciente, de una manera que se adecue a las expectativas de cada uno. En este espacio puedes plantear todas tus inquietudes con la seguridad de que encontrarás una respuesta o ideas que te ayuden a continuar haciendo tu trabajo de la mejor forma posible.
Es importan recordar que estas dudas o situaciones no son raras, todas las hemos vivido de una u otra forma, no estás sola en este proceso de hacer terapia ni tampoco eres mala terapeuta por no saber algo o sentirte perdida a veces, lo importante es hacerse cargo y ser coherente con la responsabilidad profesional que tenemos al dedicarnos a trabajar con personas.
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