Teníamos un foco de trabajo y cada sesión llega con temas nuevos

Muchas veces ocurre que junto a nuestro paciente o cliente, definimos un problema, un tema en el que nos vamos a centrar para ir avanzando en la terapia y dedicamos algunas sesiones a éste, vamos avanzando y de repente, aparece con otro tema totalmente distinto, que al escucharlo suena igual de importante que el anterior, entonces nos centramos en este nuevo problema y avanzamos en esta dirección, hasta que dos sesiones después aparece un nuevo tema… y así podemos seguir eternamente.

¿Cuál es el problema de esto? Es que vamos haciendo de la terapia un espacio ambiguo y sin una dirección clara hacia dónde dirigirnos, lo que puede crear incertidumbre en el terapeuta y la sensación de “no saber” qué se está haciendo.

Trabajamos con personas, por lo que siempre aparecerán temas nuevos o nuevas situaciones que les preocupen, entonces ¿qué hacemos?

Tenemos algunas ideas de cómo avanzar cuando esto ocurre:

Busca qué tienen en común todos estos temas. Muchas veces, a la base de los distintos problemas de una persona, está su propia forma de funcionar, de responder o de interpretar una situación, entonces una opción es revisar en conjunto qué tienen en común estos problemas y co-construir el trabajar “lo común” ya que así inevitablemente se tocarán las distintas situaciones y las futuras que se pueden generar.
Pregúntale cuál de todos estos temas es el más importante o el que más le está preocupando hoy. Con esta información, podemos construir junto al consultante, una jerarquía para elegir por dónde comenzar. Esto es importante porque como dijo una psicóloga amiga mía “vamos a terminar ordenando la casa completa, pero tenemos que elegir alguna de las habitaciones para poder empezar por algún lado”.
Entonces pueden elegir poner el foco en lo que tienen en común todas sus preocupaciones o partir por lo que es más urgente para la persona, cualquiera de las dos opciones es válida, lo importante es que sea una decisión y que sea co-construida con la persona que tenemos al frente.
Cualquiera de las dos opciones elegidas, siempre es importante volver a este foco a través de la pregunta: ¿cómo se relaciona esto con lo que habíamos elegido trabajar? Entonces cuando nos desviamos del tema, podemos retomarlo a través de esta pregunta y así mantenernos en el camino elegido.