El paciente reporta sentirse mejor, sin embargo, ¡yo no veo cambios!
Cuando el paciente manifiesta estar mejor, a pesar de que yo no veo ese cambio o que esto no vaya en la línea de trabajo planteada, lo más útil es sumarse a esta sensación y meternos de fondo en lo que está percibiendo como “estar mejor”, por ejemplo indagar:
¿Cómo es este estar mejor? Descríbemelo.
¿Qué es distinto hoy del primer día que llegaste a terapia?
¿Qué haces distinto hoy, que no hacías cuando llegaste a terapia?
De la forma en la que te sientes hoy, ¿es lo que andabas buscando o crees que aún falta trabajo por hacer?
Existe un tema de expectativas que es necesario considerar. Sabemos bien que es importante escuchar y ajustar las expectativas del consultante, pero ¿y qué pasa con las expectativas del terapeuta?
Este no es un tema muy conversado, sin embargo las expectativas de los terapeutas son tan importantes como las de los consultantes y, muchas veces, los cambios que nosotros esperamos son mayores que los que está buscando el otro, por eso es fundamental tener claro cuales son nuestras propias expectativas respecto a la persona que tenemos al frente y a lo que se co-construye como objetivo de cada terapia.
En este sentido, el trabajo personal de los terapeutas es fundamental, conocerse, además la supervisión clínica siempre es un muy buen aporte en esta línea y respecto a cada paciente en particular.
¿Habías pensando en tus propias expectativas frente a tus procesos terapéuticos?
