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El contrato terapéutico: ¿para qué usarlo en psicoterapia?

Cuando trabajamos en psicoterapia, es fundamental establecer cuáles serán “las reglas del juego” en este proceso que vamos a empezar con otra persona, pareja o familia, ¿para qué? Puede sonar un poco obvio, sin embargo es importante decirlo: si las personas no conocen cuáles son las reglas de este espacio, tampoco van a saber cuando no las están siguiendo ni cuáles son las consecuencias por no hacerlo.


Cuando hablamos de contrato terapéutico nos referimos a una conversación con los consultantes, esto puede quedar por escrito o no, eso depende de qué le acomode a cada terapeuta. Muchas psicólogas tienen un contrato escrito donde tanto ellas como sus consultantes deben firmarlo para comenzar la psicoterapia; otras, lo conversan en la primera sesión y otras, incluso lo hacen en la pre-entrevista telefónica o en el primer contacto cuando la persona pide la hora.


Como sea que se haga, es importante aclarar el horario de las sesiones, la duración de éstas, el valor, qué ocurre si el consultante no asiste y no avisa, y si existirán excepciones, entre otras cosas. Escuchando a varias psicólogas, hemos visto que este es un temazo ya que, si bien el establecer el contrato no las complica mucho, si las complica el momento en que el consultante no asiste a sesión, no avisa sobre su inasistencia y paga igualmente su sesión, lo que previamente ya había sido conversado en este contrato.


¿Entonces qué nos pasa? Aparecen una serie de culpas y pensamientos del tipo “me pagó igual y ni siquiera lo vi”, es como una idea que se nos viene a la cabeza a pesar de tener muy claro que esto se conversó antes, que mi tiempo tiene un valor, que yo me preparé para esta sesión, la planifiqué y tenía ciertos objetivos a trabajar… puede ser que esto lo tengamos clarísimo, sin embargo tiende a aparecer una incomodidad de algún tipo, entonces ¿qué hacemos con esto?


En estos casos sugerimos nunca quedarse sola con esto, conversarlo, idealmente contar con un grupo de psicólogos o profesionales afines donde se puedan conversar estos temas. Que esto ocurra, es parte de autoconocerse, de mirarse y de trabajar la persona del terapeuta ya que es parte de nuestros procesos de terapia y va a influir en nosotras como terapeutas.


El contrato terapéutico es una herramienta muy útil y necesaria, tenemos que saber usarlo a favor de la terapia y no como una limitación para nosotras, entonces ¿cómo hacerlo? Eso depende de cada una, tenemos que saber qué nos acomoda, qué nos deja tranquilas y acomodar ese contrato a los procesos que llevamos en terapia. Luego, lo que nos genere emocionalmente esta situación, debe trabajarse persona a persona y, para eso, es fundamental que estés atenta a qué te va ocurriendo con cada una de estas situaciones, ya que ese es el primer paso para hacer algo al respecto.

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