Desertó mi paciente, ¿qué paso?
¿Alguna vez te ha ocurrido que iba todo bien con tu paciente y de repente no volvió?, ¿te lo preguntaste varias veces sin encontrar respuesta?
A todos quienes trabajamos en terapia con personas nos ha ocurrido alguna vez, el problema es que muchas veces quedamos con una sensación de no entender qué pasó ni tampoco podemos repararlo… sin embargo esto no es tan así ya que si hay cosas que podemos hacer.
Cuando una persona no llega a sesión sin previo aviso, es útil dar unos días para que nuevamente se ponga en contacto. Si esto no ocurre, la contacto desde una postura de preocupación, nunca enjuiciando o reclamando, y le pregunto si ocurrió algo ya que teníamos una hora agendada.
Si la persona quiere tomar otra hora, se la doy y en la sesión siguiente vuelvo al encuadre explicando la importancia de avisar si no va a poder asistir y, si fue previamente conversado, que la sesión será cobrada por inasistencia sin previo aviso.
En caso de que me diga que no quiere seguir con la terapia, le propongo que tengamos una última sesión sin costo y el objetivo de ésta es, por un lado, hacer un cierre de los temas que se hayan abierto previamente, y por otro lado, buscar feedback de qué ocurrió, poder evaluar si hubo algo que yo pude haber hecho distinto para que esta terapia tuviera otro final. Si la persona no quiere o no tiene tiempo de tener esta última sesión, también es posible hacerlo brevemente por teléfono.
Es importante poder dar este cierre ya que es reparatorio para el consultante porque así no queda con la sensación de que “abandonó” la terapia, y para la terapeuta, ya que así sabe si hay algo a lo que debe poner mayor atención para próximas terapias.