¿Cómo cerrar la terapia cuando tu paciente deserta?
Parece contradictorio pensar en un cierre cuando un paciente deserta, ¿o no? Ya que en estricto rigor el desertar alude al abandono del proceso antes de haber alcanzado los objetivos terapéuticos propuestos, entonces ¿cómo hacer un cierre si el proceso no ha llegado al alta o logro de los objetivos planificados?
Sabemos que las deserciones pueden ocurrir por múltiples motivos y existen varias maneras de prevenir y abordar estos escenarios, tal como compartimos en el artículo ¿Fracaso de la terapia o abandono del proceso?
Hoy queremos detenernos en cómo maniobrar con una deserción para poder darle un cierre con el fin de evitar que el paciente se sienta fracasado y que evalúe este proceso como otra instancia más en que no logró su objetivo. También es importante darle cierre a este ciclo, para que el consultante no quede con la sensación de que “abandonó” la terapia, y a la terapeuta, y que solo tiene que ver con él/ella.
Entonces cuando nos percatamos que el consultante ha desertado, ya sea porque nos avisó o porque dejó de agendar horas o porque desapareció del planeta y no se comunicó más con nosotras, proponemos tener una última sesión sin costo y el objetivo de ésta es:
Pedir feedback respecto a qué ocurrió. Validar al paciente y evaluar si hubo algo que yo pudiese haber hecho distinto para que esta terapia tuviera otro final.
Responsabilizarse por el proceso. La terapeuta eslal experta encargada de dirigir el cambio y, por lo tanto, hacemos un “one down” respecto a la situación.
Mostrar que la terapia ha durado X sesiones, quedando inconcluso ya que no se realizó el proceso completo, por lo tanto, no se puede evaluar como fracasado o exitoso, sino que más bien inconcluso.
Cierre de los temas que hayan trabajado y recogida de aprendizajes.
Feedback de sus recursos, síntesis de lo trabajado y logros alcanzados.
Preguntar si necesita derivación con alguna colega experto en la temática.
Agradecer este tiempo que se dio para cerrar, mostrándole la importancia y valor que tiene para uno como terapeuta.
Si la persona no tiene tiempo o accede a reunirnos entonces es mejor hacerlo brevemente por teléfono a no tener la instancia que nos permite reparar el término del proceso. Además, esta es una tremenda fuente de aprendizaje que nos da la oportunidad de corregir algunos errores que pasan desapercibidos frente nuestros ojos y el paciente es el único que nos puede ayudar a corregir.
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